martes, 16 de julio de 2013

"Galletas Mágicas"



Por: Orlando de la Rosa Jacobo
16 de julio del 2013
5:31 pm
5,3,1, más que parte de un seudónimo fue el conteo regresivo que dio inicio a la receta, que así como sin pensarlo,  me llevaría bajo arresto en un claustrofóbico elevador a degustar galletas.

Prescripciones por montones, de toda alcurnia ha existido chef, pero ninguno, por más gourmet o refinado, pudo algún día  haber dado con la magia de aquello que probé.
Minutos transitaron en mi reloj, y entonces fue que comprendí, que lo mágico en aquello que comía no era del chef que provenía, sino de las manos atrevidas que aportaron el rústico papel que la envolvía.
Me sentí como Sansón, pero después de haber perdido el pelo, y en ese instante recordé que ya el mío no estaba, tal vez eso explicaba mi debilidad y cretinismo para comprender que mi congoja se estaba por desvanecer.
Horas más tarde desperté, en aquel lugar acostumbrado, plenamente renovado, como si hubiese crecido mi pelo, pero rápidamente el espejo me sacó de aquella duda, por eso fue que pregunté: Tendrán magia las galletas…?
Entonces compré horno, chocolate y manteca, azúcar de la prieta, y moldes con sendas formas, hasta el punto de cambiar mi vocación de doctor a pastelero, pero aun no encuentro el papel que utilizó la mercader.
El truco estará en el papel, la mercader, el molde, en  la manteca, el chocolate o la azúcar prieta, o más bien en mi frágil ilusión? Busqué en Google, Chef Magic y Wikipedia y aun no logro descifrar si tienen Magia las Galletas.
Continuará…

martes, 26 de marzo de 2013

"Canción Vil"

Por: Orlando de la Rosa Jacobo
26 de marzo del 2013
5:50 am  

Como no quisiste amarme, tampoco te marchaste; al no pretender ser de mí una aventura, una de aquellas que tantas veces has vivido, sólo la corriente has seguido, sin comprometerse, sin sentir.

Ahora que ha emergido el sol ya no soy tuyo, y aunque suelo  pensarte ya no soy de ti, prométeme que no sentirás celos  cuando me veas ser feliz como contigo pude ser, porque fue lo que quisiste y yo solo respeté.

Prométeme que ya no me pedirás canciones, que no ansiarás aquellas flores que a escondidas te solía dejar, los detalles que te volvían loca, aquellos que no supiste valorar.

Prométeme que no leerás mis versos, esos que te parecían tan intensos porque ya no hablarán de ti. Y aunque escuches mil veces aquellas grabaciones que una noche te dejé, las encontrarás siempre vacías porque en ellas ya no estaré.

Prométeme que solo seré un lindo recuerdo, y que no sentirás tristeza cuando me veas partir; tampoco cuando leas estas líneas carentes rima, que al buscar que nombre le pondría, partí tu nombre en dos y  al tomar lo que quedó la bauticé: Canción Vil.

lunes, 25 de marzo de 2013

"Color Negro Orlando"



Por: Orlando de la Rosa Jacobo
25 de marzo del 2013
5:55 pm
(VDG)
Aunque mucho aconteció, nada pasó. El tic tac de mi reloj se hizo más lento, y al parecer se amplificó, mi hálito se congeló, mi visión se oscureció, se hizo gris, por lo que no tardé en inferir que de mis ojos una lágrima estaba por salir.
Excusas por demás, armaduras que nunca faltan y mis ganas de no sentir; un aliento malnacido que me aparta de lo que soy, todo aquello se esfumó en un suspiro azul, igual al de aquel blues que un día escuché por ti.
Una copa impregnada de un brillo labial que nunca llegué a probar, manchas rojo azul sobre mi asiento blanco que siempre me recordarán que existes, que me obligarán a evocar aquellos crudos sentimientos con los que una vez te sentí mía.
Notas intocables, acordes que nunca formé, arpegios indescifrables a los que muy pronto me aferré. Pero el sonido de un  acordeón amarillo me recordó que ya había estado aquí, por testarudo más que por suertudo, pero intuí no ser feliz.
Al parecer no eras tú a quien tantos versos escribí, por quien me hice ese loco sonador de quien siempre me acusaste. Más no olvidaré mi promesa de no dejar de ser, mucho menos de sentir, y es por ello que siempre aderezaré todo lo que soy con el color Negro Orlando.  

miércoles, 23 de mayo de 2012

"Triste Noche"


 

Por: Orlando de la Rosa Jacobo
Miércoles 23 de Mayo del 2012
7:08 pm


…Y cuando ya ha muerto en mí el afán de escribir tu nombre, bajo un influjo de imperfección, como un dictado de cobardía, me dispuse a cazar la mirada traicionera de mis más insondables pensamientos.

En tono bajo y levemente atolondrado,  inconsciente de la procacidad de mis letras,  encumbro mi voz desnuda, abrazo mi guitarra y se humedecen las cuerdas con la expresión más sincera de mi alma.

Colmado de soledad, acompaño a mi triste noche, me refugio en le escote de mi cómplice morena, a quien rodeo las caderas, pero ella a duras penas puede seguir a mi vacilante voz.

Alguno le llamó fusil, para mi,  prodigiosa compañera, la que nunca dice no, la que eternamente ha estado ahí en cada triste noche, y por pusilánime que fuera mi risa nunca tuvo lástima de mí.

Vacía ya mi copa, dirijo mi lerda tristeza al conforte de mi almohada, donde se rinden mis sueños de ser feliz, mis ilusiones de ser y vivir, donde todo lo olvido hasta que vuelva a encontrarme con otra triste noche.