
Por: Orlando de la Rosa
13 de septiembre del 2006
90 – 60 -90, números fríos creados para satisfacer aquellas almas vacías de quienes nos venden las apariencias como medio único de obtener felicidad.
90 – 60 – 90, las medidas del traje por el que muchas se levantan cada mañana anoréxicas de acervo, mas obesas de vanas ilusiones.
90 – 60 – 90, asesino silente de almas nobles, ladrón se amistades oculto en cuello blanco, agente causal de la vanidad.
El cuerpo; armazón de carne y hueso, protector de almas cultivadas, mas nunca cosechadas, que no aumenta su valor por las prendas que le colgamos.
El alma; esencia de la vida que se enriquece con cada esfuerzo que impregnamos en el deseo de mejores cada día.
Vanidad; Visitante inoportuno que nos aleja de la humildad, nos hace esclavos de la inseguridad y nos vuelve ávidos de adulaciones.
Sencillez; Personaje extrano, con papel de reparto en la novela, responsable de la sonrisa de los que la conocen.
Escrito; Forma que tienen algunos infelices de expresar ideas, sobre todo cuando otros medios de comunicación son imposibles.
P.D.
A pesar de no tener 90-60-90, tener piel hiperpigmentada, pelo poco manejable, facciones ordinarias, pocas divisas en el bolsillo, siempre dejo encendido el teléfono para escuchar, valorar situaciones, hacer reír, preocuparme por tal o cual cosa, aconsejar, dar opiniones o simplemente platicar. Como sé que “lo que hace que estés cerca de mi es el regalo y no la caja”, así será todo el tiempo que sea necesario, siempre estaré aquí en el mismo lugar. Mientras tanto utilizaré esta forma para expresar lo que siento, hasta encontrar un homólogo en funciones.
13 de septiembre del 2006
90 – 60 -90, números fríos creados para satisfacer aquellas almas vacías de quienes nos venden las apariencias como medio único de obtener felicidad.
90 – 60 – 90, las medidas del traje por el que muchas se levantan cada mañana anoréxicas de acervo, mas obesas de vanas ilusiones.
90 – 60 – 90, asesino silente de almas nobles, ladrón se amistades oculto en cuello blanco, agente causal de la vanidad.
El cuerpo; armazón de carne y hueso, protector de almas cultivadas, mas nunca cosechadas, que no aumenta su valor por las prendas que le colgamos.
El alma; esencia de la vida que se enriquece con cada esfuerzo que impregnamos en el deseo de mejores cada día.
Vanidad; Visitante inoportuno que nos aleja de la humildad, nos hace esclavos de la inseguridad y nos vuelve ávidos de adulaciones.
Sencillez; Personaje extrano, con papel de reparto en la novela, responsable de la sonrisa de los que la conocen.
Escrito; Forma que tienen algunos infelices de expresar ideas, sobre todo cuando otros medios de comunicación son imposibles.
P.D.
A pesar de no tener 90-60-90, tener piel hiperpigmentada, pelo poco manejable, facciones ordinarias, pocas divisas en el bolsillo, siempre dejo encendido el teléfono para escuchar, valorar situaciones, hacer reír, preocuparme por tal o cual cosa, aconsejar, dar opiniones o simplemente platicar. Como sé que “lo que hace que estés cerca de mi es el regalo y no la caja”, así será todo el tiempo que sea necesario, siempre estaré aquí en el mismo lugar. Mientras tanto utilizaré esta forma para expresar lo que siento, hasta encontrar un homólogo en funciones.
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