
Por: Orlando de la Rosa Jacobo
03-Jul-2006
11:55 pm
En uno de esos días en los que la tristeza te dobla y cabizbajo caminas perdido entre los recuerdos culpables de tu estadío, me decidí a devolverle a mi rostro un poquito de su sonrisa natural.
Esa tarde, entre copas y amigos bordaba sueños con aquellos retazos de la ilusión ingenua que siempre puso sentido a mi vida. Utopía extraña la de conseguir la imagen en espejo de lo que siempre llame imposible. Algo que viviría en mí como un dulce secreto al que acudiría sólo en mis sueños para alimentar mis ganas de vivir, pero que también serviría de musa para escribir líneas como estas.
Mientras las manecillas de un mudo reloj me empujaban hasta la puerta de aquel lugar que tantas veces me acogió entre alegrías y dolor, la fuerza del destino me sujetaba de peculiar manera a aquella rústica banqueta adornada con escasa estética. Que bien…!!! como si alguien cambiara el hilo de mi aguja, los trazos de la historia comenzaban a tomar otro color.
Momentos más tardes, envuelto yo en mi prisa de marchar, con un aura celestial, una bella dama alzó su mano para que fuera hasta su lugar. Sorpresa grata, no sólo al escuchar palabras de elogio a mi voz, sino también al contemplar aquella singular belleza, de aspecto tenue, pero con rígido y propio carácter.
Sin mucho escándalo, con pocas palabras y entre algunos bailes, como llave a su candado, su alma se postró a la mía para que no pudiera dormir desde entonces. Pero, para qué contar más si sólo hace falta leer uno de esos cuentos de los que terminan en “…y vivieron felices para el resto de sus vidas”.
Debo admitir que me molesta un poco esa idea porque ahora, como un compromiso con la lingüística, debo buscar todos los diccionarios del mundo para borrar algunas palabras obsoletas, que a partir de ahora su uso quedará abolido por falta de pruebas en sus conceptos: Imposible, Utopía, Tristeza, Dolor, entre otras.
Ahora lo más importante es recordar que somos imágenes en espejo, por lo que debemos ir a la par, como si fuéramos mimos, pero sin olvidar que el mundo sin imperfección no es mundo, y por tanto las cosas que viven en él tienden al desorden.
03-Jul-2006
11:55 pm
En uno de esos días en los que la tristeza te dobla y cabizbajo caminas perdido entre los recuerdos culpables de tu estadío, me decidí a devolverle a mi rostro un poquito de su sonrisa natural.
Esa tarde, entre copas y amigos bordaba sueños con aquellos retazos de la ilusión ingenua que siempre puso sentido a mi vida. Utopía extraña la de conseguir la imagen en espejo de lo que siempre llame imposible. Algo que viviría en mí como un dulce secreto al que acudiría sólo en mis sueños para alimentar mis ganas de vivir, pero que también serviría de musa para escribir líneas como estas.
Mientras las manecillas de un mudo reloj me empujaban hasta la puerta de aquel lugar que tantas veces me acogió entre alegrías y dolor, la fuerza del destino me sujetaba de peculiar manera a aquella rústica banqueta adornada con escasa estética. Que bien…!!! como si alguien cambiara el hilo de mi aguja, los trazos de la historia comenzaban a tomar otro color.
Momentos más tardes, envuelto yo en mi prisa de marchar, con un aura celestial, una bella dama alzó su mano para que fuera hasta su lugar. Sorpresa grata, no sólo al escuchar palabras de elogio a mi voz, sino también al contemplar aquella singular belleza, de aspecto tenue, pero con rígido y propio carácter.
Sin mucho escándalo, con pocas palabras y entre algunos bailes, como llave a su candado, su alma se postró a la mía para que no pudiera dormir desde entonces. Pero, para qué contar más si sólo hace falta leer uno de esos cuentos de los que terminan en “…y vivieron felices para el resto de sus vidas”.
Debo admitir que me molesta un poco esa idea porque ahora, como un compromiso con la lingüística, debo buscar todos los diccionarios del mundo para borrar algunas palabras obsoletas, que a partir de ahora su uso quedará abolido por falta de pruebas en sus conceptos: Imposible, Utopía, Tristeza, Dolor, entre otras.
Ahora lo más importante es recordar que somos imágenes en espejo, por lo que debemos ir a la par, como si fuéramos mimos, pero sin olvidar que el mundo sin imperfección no es mundo, y por tanto las cosas que viven en él tienden al desorden.
Hermosas...profundas y muchas otras cosas que desempolvo para darte las gracias por compartir aquellos días tan especiales,tan atesorados, tan recordados....porque fueron de los mejores en mi vida. Gracias Orly por tus sonrisas, canciones, letras, compañia, fé, corazón. Hay veces que las personas quieren llevar un orden y por llevarlo efectivamente tienden al caos....que pena que nunca te enteraste como culmino aquel capitulo ajeno a ti y hasta a mi...me hicieron un daño permanente y lo peor fue haberte dicho adios....un abrazo...
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