Por: Orlando de la Rosa Jacobo
09 de mayo del 2007
9:02 pm
Quizás definiendo el masoquismo podría versarse la rara, filosófica y a la vez incierta explicación a ese sentimiento que me mantiene a tu lado, tratando de entender tu proceder.
Analizar los antecedentes sería buena forma de empezar, me dije a mi mismo con voz imperativa, respondiendo a esa necesidad de entrega que siempre me ha caracterizado.
Terminada la ardua labor, es fácil reconocer que hay deficiencias, y que no necesariamente son la respuesta a esas extrañas actitudes, pero me ayudan a cultivar paciencia para continuar.
Creo que esto ha sido un error, pues me hacen sumiso ante las situaciones de confrontación, todo por el hecho de saber que no habrá solución objetiva, no hago vanos argumentos y callo.
Definamos el silencio como ese combustible rociado sobre la paja, que de sólo conseguir esa chispa de ignición, hará arder infernales llamas hasta conseguir una gran explosión.
Eso siento en mi pecho, sumado a la impotencia de no ser escuchado con la sinceridad, receptividad y objetividad necesarias para entablar discusiones constructivas.
No importa si tengo la razón, si mi actitud ha sido en respuesta a otra, si lo que hago mal es una actitud repetida de ese ser querido. No importa, el hecho es que nunca tengo la razón.
El egoísmo se siente flotar, cuando solo pido a gritos poder tener conversaciones balanceadas, objetivas y constructivas, que sin duda conducirían la relación por el camino del éxito.
Nueva vez estando acompañado me siento solo. Es un sentimiento tan difícil de explicar como la sudoración fría, mas sin embargo todos hemos sido afectado por tan incomodo padecimiento.
Mas admito no saber que pasa conmigo, pues simplemente me preocupo por entregar y hacer a los míos felices, sin importar en qué grado esto comprometa mi tranquilidad.
Les hablo a dos seres muy queridos, uno que contribuyó a mi llegada al mundo y otro quien intentó acompañarme en él por el resto de mis días…
Esas son algunas de mis llagas de mi corazón. Pero aun así los quiero como son y por lo que son.
09 de mayo del 2007
9:02 pm
Quizás definiendo el masoquismo podría versarse la rara, filosófica y a la vez incierta explicación a ese sentimiento que me mantiene a tu lado, tratando de entender tu proceder.
Analizar los antecedentes sería buena forma de empezar, me dije a mi mismo con voz imperativa, respondiendo a esa necesidad de entrega que siempre me ha caracterizado.
Terminada la ardua labor, es fácil reconocer que hay deficiencias, y que no necesariamente son la respuesta a esas extrañas actitudes, pero me ayudan a cultivar paciencia para continuar.
Creo que esto ha sido un error, pues me hacen sumiso ante las situaciones de confrontación, todo por el hecho de saber que no habrá solución objetiva, no hago vanos argumentos y callo.
Definamos el silencio como ese combustible rociado sobre la paja, que de sólo conseguir esa chispa de ignición, hará arder infernales llamas hasta conseguir una gran explosión.
Eso siento en mi pecho, sumado a la impotencia de no ser escuchado con la sinceridad, receptividad y objetividad necesarias para entablar discusiones constructivas.
No importa si tengo la razón, si mi actitud ha sido en respuesta a otra, si lo que hago mal es una actitud repetida de ese ser querido. No importa, el hecho es que nunca tengo la razón.
El egoísmo se siente flotar, cuando solo pido a gritos poder tener conversaciones balanceadas, objetivas y constructivas, que sin duda conducirían la relación por el camino del éxito.
Nueva vez estando acompañado me siento solo. Es un sentimiento tan difícil de explicar como la sudoración fría, mas sin embargo todos hemos sido afectado por tan incomodo padecimiento.
Mas admito no saber que pasa conmigo, pues simplemente me preocupo por entregar y hacer a los míos felices, sin importar en qué grado esto comprometa mi tranquilidad.
Les hablo a dos seres muy queridos, uno que contribuyó a mi llegada al mundo y otro quien intentó acompañarme en él por el resto de mis días…
Esas son algunas de mis llagas de mi corazón. Pero aun así los quiero como son y por lo que son.
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